martes, 1 de julio de 2008

Pesadillas


Caminaba bajo la lluvia por la calle mientras me regodeaba con mis reflexiones al dar un paseo entre los pliegues de mi cerebro. Excavaba entre las tumbas de mis recuerdos y sacaba los restos putrefactos de antiguas ideas que no llegaron a germinar. Y al sacar una de esas ideas caídas a la luz, sonó una alarma revelando la posición del ladrón que profanaba lo enterrado.

¡Estúpido coche! Uno pasea solitariamente sumido en sus pensamientos cuando de ellos le saca un ruido infernal. Me alejé hasta dejar de oírlo y puse mis sentidos centrados en el exterior. Los charcos se ondulaban bajo mis pisadas y salpicaban mi calzado que ya ejercía de esponja al igual que el resto de mis ropas cuyo peso había aumentado incómodamente.

Pronto me paré. Alcé la cabeza y cerré los ojos. Dejé que el agua me recorriese el rostro hasta que, repentinamente, la temperatura bajó estrepitosamente y cada gota de agua empezó a golpearme como si de una pesada piedra se tratase. Sin tiempo a reaccionar caí al suelo, acribillado por las múltiples heridas que estaba recibiendo y de las que afluentes de sangre brotaban para mezclarse con el agua del suelo. Gritaba desesperadamente pero no había nadie cerca.

Sólo pensé en que iba a morir helado y desangrado y de nuevo todo se normalizó. La temperatura había vuelto a subir y la lluvia volvía a ser inofensiva. Me puse en pie no encontré heridas ni manchas de sangre por ningún lado.

Escuché un ruido tras de mí. Me di la vuelta y visualicé una chica que echó directamente a correr. Sin saber por qué, la seguí diciéndole que me esperase. Justo al doblar cada esquina veía por donde giraba ella y podía seguirla hasta que, tras un último giro de calles, la encontré en medio de la carretera plantada, a varios metros ofreciéndome la espalda.

Me acerqué y puse la mano en su hombro descubierto. Se encogió un poco como si un escalofrío recorriese su cuerpo y lentamente se giró para mirarme. Tenía un bonito rostro, los labios levemente separados a menos de un centímetro y una graciosa gota en la nariz. Se apartó un poco el pelo de la frente y depositó un dedo en mis labios antes de que yo dijese nada. Seguido puso ese mismo dedo en sus propios labios e intentó escuchar algo. La imité y el sonido de un fuerte movimiento de agua llegó a mis oídos. Ella se quedó mirando a lo lejos y la cara le cambió a una asustada expresión.

Me fijé un poco y capté con mis ojos una riada arrasando todo a su veloz paso surcando las calles. Me gritó que corriera y salió disparada. Yo intenté seguirla pero el viento casi me tumbaba y mis pies eran pesados y lentos en aumento mientras que la ola aumentaba en tamaño y velocidad.

Finalmente la riada me atrapó y arrastró por un acantilado formando una brutal cascada. Increíblemente, no morí. Notaba un viento como si me hubiese lanzado desde un avión, era como si estuviese cayendo en el vacío pero… estaba sobre el agua. No la tocaba, nos separaban unos centímetros y si acercaba la mano, el agua se apartaba más. Descubrí que podía desplazarme como un zapatero (insecto de agua) impulsándome con mis extremidades que no tocaban nada.

Me acerqué a la orilla y me acerqué a la cascada para ver la altura de la que había caído. Sin embargo, mi atención fue captada por una brecha en la piedra, una cueva tras el agua que caía desde cientos de metros arriba.

Crucé la cueva, y el calor era sofocante. Al rato de estar andando descubrí todo un infierno con ríos de lava y un cielo con oscuras nubes amenazando.


Un caballo negro mezclado con piedra fundida, bebía del fuego de la lava sin ningún problema. El monstruoso animal levantó las patas de delante al verme y soltó un relincho furioso. Corrió hacia mí y lo único que pude ver son sus ígneos ojos antes de embestirme como un toro.

El golpe me lanzó rodando hasta caer en un hoyo. En el me encontré con el cadáver de la chica de la calle. Tenía los labios cosidos y estaba medio descompuesta con la cara desfigurada. Sus ojos se abrieron y me inmovilizó de brazos y piernas. El hilo de su boca se soltó y se acercó para atravesar la mía, cerrándola sin poder evitarlo. Ella rió. Su carcajada endemoniada era aterradora y más estando cara a cara a pocos centímetros de distancia y sin poder soltarme. La tierra empezó a caer sobre nosotros enterrándonos juntos cuando…

… despierto… Estaba bañado en sudores fríos en mi cuarto. Casi notaba que me faltaba el aliento. Enciendo la luz y me dirijo a la cocina para beber agua y olvidarme de esos malos sueños. Ya bebiendo el vaso en la cocina, veo una manta sobre un bulto grande. Me acerco sin saber que es y levanto la manta. Y allí estaba la chica tal y como la encontré por última vez en mis sueños. Me cogió de la mano y tiró para acercarme a ella, sujetarme y darme un beso. Un beso que soltó sus labios… para cerrar por siempre los míos…

The Blind

8 comentarios:

Rock Lobster dijo...

Se que cambio muy rapido de escenas pero es lo que ocurre cuando te pones a escribir lo primero que se te ocurre.
No tiene sentido pero en fin.
Es que llevaba ya mucho sin escribir y tengo unas cuantas cosas pendientes.
Por no decir que en 2 o 4 dias me voy dos semanas (aunque quizas cuente con conexion...
En fin buenas y malas gentes.
Espero que os gusten los relatos absurdos.

The Reaper dijo...

Los relatos sin sentido molan. Persigues a una tía (se te ha pegado mi forma de describir a las mujeres), os persigue una ola, te viene un caballo heavy y luego la chica zombi.
Mola!
Esto de improvisarlo mola. El próximo lo haré así.
Yaw!

Magister_Mortis dijo...

A las buenas. Hace mucho tiempo que no aparezco por estos lares, y ahora retomo mi blog y por supuesto a leer los blogs de los demás.
Este relato es sorprendente, con esa sucesión de acontecimientos, con ese caballo heavy como dice the reaper.

Un saludo y a seguir escribiendo!

ana dijo...

guay!! :) makabro, pero mola!!

aprovechas bien el tiempo jaja

kizas kon konexion??? suena interesante.. :D

aiio!! :)

Gittana dijo...

waps!!!!!! si que fue intensooo blind!!!!! y tetrico!!!!!

super!!!!!

Kali y su diario dijo...

super gore!!

Shamman dijo...

¡demonios de la oscuuuridad!

¡perverso!

!yaw¡

[ кeя ] dijo...

me encanta el caballo.
Cada vez escribis mejor.

y gran pesadilla!

[ al fin regreso...]