martes, 4 de marzo de 2008

Orquesta de Metal (Parte 1)


Armonía, sonidos, melodías, canciones... Música... Ante nosotros se nos abre un mundo que se extiende sin ningún tipo de límite. Un mundo en el que las cosas no tienen porqué tener sentido, y no por esto dichas cosas dejan de ser reales. Un mundo en el que podemos escapar de nuestros problemas causados por el azar, o bien por los desvaríos de nuestra querida sociedad, que nos rodean día tras día.

Ya había anochecido cuando desperté. Me quedé un rato más tumbado en la cama de mi habitación, escudriñando la oscuridad. Tan sólo moví los brazos para quitarme los cascos de mis oídos. Me había quedado dormido escuchando un disco que me habían prestado. Accioné el interruptor de la luz y cerré los ojos, molesto por la cegadora luz de la lámpara que ahora iluminaba el desorden que reinaba a mi alrededor. Esperé un poco a que mis pupilas se adaptaran al cambio y noté que hacía más frío que de costumbre. Alcé la cabeza con esfuerzo, abandonando la suavidad de mi querida almohada. La ventana estaba abierta... no recordaba haberla abierto.
El corazón me dio un vuelco cuando de pronto mis ojos se toparon con los de un hombre que estaba sentado con comodidad en la silla de mi escritorio, ojeando mi disquetera de música, como en su casa.
-Al fin despiertas- dijo el hombre dejando la disquetera despreocupadamente en el escritorio.
Era un hombre robusto y ancho de hombros. Su musculatura, intimidante, hacía presencia bajo su oscura vestimenta. Su rostro no revelaba ninguna edad en concreto, surcado por una cicatriz que debió sufrir hace tiempo. Intenté recordar si le había visto alguna vez, pero no lo conseguí.
-No te conozco- dije forzando la voz para que no temblara.
-Eso es porque no suelo dejarme ver a menudo. Verás... - continuó- estoy aquí porque eres uno de los pocos que han llegado al límite de los abismos de la música-.
Ahora que comenzaba a despejarme aprecié que tenía una voz tan grave que parecía vibrar el suelo, pero a su vez era amistosa, lo cual me tranquilizó en gran medida.
-¿Acaso eso es delito?- aún no acababa de comprender la presencia de aquel hombre en mi habitación.
-¿Delito?- tronó en una fuerte carcajada que duró un buen rato, mientras tanto yo esperaba una explicación- No, no se trata de ningún delito, todo lo contrario- añadió una vez que se hubo secado las lágrimas- hemos decidido que eres digno de sobrepasar el límite- se levantó.
-¿Quiénes?¿Cómo que sobrepasar el límite?- estaba aturdido.
-Ya lo sabrás más adelante. Me llamo Deem. He estado echando un vistazo a tus discos... realmente tienes una colección envidiable- dijo mientras señalaba con la cabeza mi disquetera, repleta de todo tipo de estilos de metal.
-Gracias-.
-Tranquilo, no era un cumplido- bromeó- y ahora... si quieres seguirme...-.
Me condujo fuera y caminamos a través de la oscura noche. Deem comenzó a caerme bien, y antes de que me diera cuenta ya nos encontrábamos entablando una entretenida conversación sobre música.
-Así que te gusta el death melódico-.
-¿Cómo lo sabes?-.
-Tu disquetera...-.
-Ah, por supuesto, ¿conoces Children?-.
-¿Y quién no?, son bestiales-.
Continuamos hablando. Al parecer Deem se había criado desde que nació en la llamada Sociedad de Metal. Dicha sociedad no tenía nada que ver con el resto del mundo y la formaban todos aquellos que ya habían “sobrepasado el límite”. Me explicó que cuando alguien ha escuchado con detenimiento todos los estilos de música, cuando ha pasado noches enteras ensimismado en sus canciones, cuando ha estudiado cada instrumento sin excepción, cuando se ha sumergido en los abismos de la música, cuando al tocar ha sentido cómo se funde el instrumento en su ser... es cuando ha llegado al límite de la música: cuando ya no te queda nada nuevo que escuchar, nada nuevo que sentir... y entonces es cuando sólo te queda sobrepasar el límite al que has llegado.
En el pasado, los que llegaron al límite tan sólo fueron unos pocos. El resto eran descendientes de éstos, Los Músicos, como los llamaban. Comprendí entonces lo excepcional que era yo. Probablemente era el hombre más joven que había llegado a aquel límite musical por mi cuenta. Fui modesto y no alardeé de aquello.
Llevábamos mucho tiempo andando, ya comenzaba a amanecer cuando llegamos a un edificio llamativamente grande. Ocupaba unos diez campos de fútbol y desprendía un aire majestuoso. Casi sagrado. En el centro se alzaba una torre negra tan alta que parecía atravesar las nubes. Me pregunté por qué no lo había visto hasta ahora, cuando posiblemente se podría divisar desde kilómetros de distancia. Supuse la respuesta.
-¿Dónde estamos?-.
-Esto es la entrada a tu nuevo mundo, el mundo que te corresponde- dijo poniéndome una mano en el hombro- bueno, he de irme. Entra por aquella puerta- señaló a la puerta del edificio, cosa innecesaria, pues era de tamaño considerable- ha sido todo un honor llegar a conocerte- me dio una palmada amistosa en la espalda que por poco me derribó. Sonreí a pesar de todo.
Se despidió de un gesto con la mano y se desvaneció...

The Reaper

6 comentarios:

Anónimo dijo...

soy pello, te dejo una pagina web q te puede interesar donde un tio esta colgando el juego half life 2 al completo, intentare para mañana darte en un dvd aber si tengo tiempo.
el relato muy bien pero no se kien lo a escrito primo o iñaki

Anónimo dijo...

http://www.hlmbox.totalh.com/download.php esta es la pagina se me abia olvidado

Rock Lobster dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rock Lobster dijo...

uops!
se me habia olvidado ke habia dos partes.
y yo haciendo spoilers ahi...

[ кeя ] dijo...

Asique este es el resultado de tu relato sobre música, stá bn XD "Un mundo en el que las cosas no tienen porqué tener sentido" esta frase me suena un wevo :P lo de fundirse el instrumento con su ser y que ya hayas llegado al limite.. ay q ver, siempre keremos mas, como en "mortecina perfeccion" :S al menos en este relato el tio no acaba mal (( de momento ))
Sperando la segunda parte!

Magister_Mortis dijo...

Siento la confusion the blind. Mis mas sinceras disculpas. Ya he leido relatos de reaper y tuyos y he decidido nominarte a ti tambien, no veo por que no.

Saludos