martes, 29 de abril de 2008

Parodia a CoB


Nos dirigíamos mi primo y yo al esperado concierto de Children. Tocaban en Estocolmo y como no teníamos suficiente dinero decidimos ir andando (nos lo habíamos gastado absolutamente todo en camisetas, muñequeras...).

Llegamos allí y todo el mundo estaba gritando palabras incomprensibles para mí. El inglés no es mi fuerte, y temía que el de mi primo tampoco lo fuese. Nos dirigimos hacia la explanada en la que tendría lugar el concierto e hicimos una breve cola. Cuando nos tocó nuestro turno nos encontramos al puerta. Era un hombre de unos dos metros de altura y similar medida de anchura. No cabía en sí tanto músculo. El grosor de su cuello superaba con creces el tamaño de su cabeza melenuda. Pero como llevaba una camiseta de Children no nos importó demasiado. Era de los nuestros. El caso es que nos quería cobrar los diez mil euros de entrada y le explicamos que nuestro dinero se lo había comido el lobo de mi primo. No pareció muy convencido y observé acojonado que comenzaba a apretar los puños. Lo resolvimos sobornándole con una copia del dvd del concierto (el cual aún no había empezado). Mi primo me miró con desconcierto, pero yo sabía que sus músculos debían estar inversamente proporcionados con su cerebro. Y así fue, el puerta (nos enteramos de que se llamaba “metal”) se dio por satisfecho con su “dvd” y pasamos sin problemas.

Unos kilómetros mas adelante se podía divisar cómo la multitud se comenzaba a reunir para el momento. Me pregunté por qué habría tanta distancia entre la entrada y el escenario. Se lo comenté a mi primo y me respondió que probablemente se llenaría todo por completo. Por nuestra parte estábamos hasta los cojones de andar y todavía había que esperar unas seis horas. Nos pareció una agresión a nuestro natural instinto de vaguería. Así que nos tumbamos ahí en medio. La gente no nos pisaba porque éramos demasiado heavies (me enteré, culpable: mi ignorancia, que esta palabra no hace falta escribirla con mayúscula porque resalta por sí sola). Para nuestra sorpresa todo el mundo siguió nuestro ejemplo. Cada persona que entraba se tumbaba en el suelo (esto luego nos sirvió porque al levantarnos teníamos mas espacio). Metal (el puerta) decidió quitar las vallas y que se uniera todo cristo que quisiese: el resultado fue que antes de comenzar el concierto se encontraban 666000 millones de personas tendidas en la explanada roncando al unísono... me pregunté en mis sueños si aquellos ronquidos podrían considerarse música...

Nos despertamos al mismo tiempo por un rugido atronador de Alexi Laiho. Lo primero que nos gritó fue que se lamentaba de no haber llegado un par de horas antes para echar con nosotros una cabezadita. Respondimos alzando los cuernos (gritando, saltando... etc.). Una chica que saltaba a nuestro lado de desmayó de la emoción y cayó sobre nosotros (cabe decir que estaba muy bien dotada). Sin pensarlo dos veces, mi primo y yo la despertamos a base de puñetazos. La chica abrió los ojos, confusa, y nos dio las gracias. Observé que la chicha miraba de reojo a mi primo. El sol se puso. Las nubes abrieron paso a la tenue luz de la luna llena, que nos iluminaba a todos, dando un toque tenebroso y siniestro.

El concierto comenzó. Tronó el sonido distorsionado de la guitarra acompañado de solos de teclado aparentemente sin sentido. Me dirigí al primo pero ya no estaba allí. La gente se volvió loca. Decidí pasar del primo porque aunque le buscase sabía que no lo iba a encontrar. Al fin y al cabo, ¡estábamos mezclados entre 666000 millones de personas!. Comenzó el concierto con el primer tema de su último disco “Living dead beat”.

Me encontraba a unos tres metros del escenario y era absolutamente imposible adentrarse más. Mi mente estaba concentrada. Recordaba el disco escuchado en mi casa y no se diferenciaba en nada del directo que estaba escuchando. Era perfecto. Pasaron un par de canciones mas y yo estaba sin aliento, pero el primo y yo nos habíamos entrenado duro para aguantar las doce horas de concierto.

Cerré los ojos, como suelo hacer, y me limité a escuchar. Oí el inconfundible teclado que daba comienzo a “Hate Me!”. Abrí los ojos, me encontraba en el escenario, frente al micrófono. Miré desconcertado a la multitud de gente que llegaba hasta el horizonte. Todos saltando y alzando sus manos hacia mí. Decidí no preguntarme que cojones hacía yo allí y me dispuse para aprovechar el momento. Un hombre se asomaba detrás de un gigantesco altavoz haciéndome señas para que me acercara. Me dio la guitarra negra de Alexi. No me preocupaba el hecho de que no supiera cantar ni tocar la guitarra, y mucho menos para reemplazar a Alexi Laiho.

Me volví hacia el batería con intención de preguntarle qué tema íbamos a tocar, pero cambié de idea al ver que estaba demasiado ocupado tirando las baquetas al teclista. Se lo pregunté al guitarra pero no obtuve respuesta, estaba intentando pegarme. Antes de que algún puñetazo me alcanzara, el teclista puso las manos con una seguridad asombrosa sobre el teclado mientras esquivaba las baquetas del batería... y comenzó “Hate Me!”. Mis manos se movían a velocidad de vértigo por el mástil de mi nueva guitarra y de mis cuerdas vocales salían los míticos rugidos de Alexi. Oía el estruendor del público y podía oír con claridad los gritos de mi primo. Decidí que al terminar la canción le tiraría la guitarra como obsequio.

Cerré de nuevo los ojos. Sentí que mi cuerpo volaba y de alguna manera me encontraba en una extensión de campo. No había casas ni carreteras a mi alrededor, cosa que agradecí. Siempre me gustó estar apartado de los demás. Era de noche, la niebla abarcaba el terreno, deslizándose entre los árboles silenciosos como la muerte. Me volví. Vi a una mujer. Una chica aproximadamente de mi edad apoyada en un árbol, con los brazos cruzados, mirándome. Llevaba un atuendo sencillo. La tela negra cubría sus partes más íntimas mientras que el torso, la espalda y las extremidades quedaban al descubierto. Iba descalza. Tenía el pelo negro que le cubría parte de su hermosa cara. Labios perfectos, nariz perfecta... Su mirada estaba clavada en la mía. Tenía unos ojos como inmersos en la oscuridad, y dejaba ver en sus pupilas un brillo rojo... nunca en mi vida había visto una mirada como aquélla. De hecho, nunca había visto ninguna mujer siquiera parecida a ella... era perfecta.

Me dedicó una sonrisa, que dejaba ver sus dientes perfectamente colocados y blancos... y me pareció ver también unos colmillos afilados.

-Al fin llegas- me dijo.

Su voz era suave, pero a su vez oscura... todo en ella parecía hechizarme. Me pregunté si me convenía. Igual quería seducirme y luego torturarme. Me sonrió de nuevo, divertida, como si hubiese leído mi pensamiento.

-Ven conmigo, llevo esperándote mucho tiempo- tras decir esto se volvió y se puso a caminar.

Yo la seguí. No pude evitar dejarme llevar por la imaginación al observar su cuerpo al andar. Pero pronto me di cuenta de que si ella podía saber lo que pienso, lo mejor era no seguir por ese camino. Y efectivamente, vi como giraba un poco la cabeza para mirarme de reojo y volvió a sonreír. Avancé el paso y me puse a su altura. Me fijé en que llevaba tatuado en la muñeca una clave de sol.

Al fin pude desviar la vista de ella y observé a mí alrededor. Andábamos por un camino desgastado por los años e iba ascendiendo poco a poco. A través de la densa niebla pude ver un monte que se alzaba ante nosotros. Sin apenas darme cuenta me hallaba conversando con la chica, caminando hacia aquel monte. Sentí como si la conociera de siempre, pero como si nunca me hubiese parado a hablar con ella. Me contaba que en esta dimensión sólo habían logrado entrar los miembros de Children, ella y yo. Al parecer en esta dimensión descansan los espíritus de los niños que fueron asesinados en el lago aquella noche...

Continuamos ascendiendo por el camino y nos encontramos a los miembros del grupo haciendo botellón entre los árboles. Nos sentamos un rato con ellos.

El batería al parecer quería aprender a tocar la guitarra. El resultado fue que, después de tocar un par de notas, se cansó y la cogió por el mástil y comenzó a aporrear el suelo. Lo mejor es que no sonaba mal del todo.

Alexi y, para mi sorpresa, el antiguo guitarra del grupo, estaban revolcándose en un nevero y al parecer competían para ver quien conseguía mantenerse mas tiempo haciendo el pino... el resultado, añadiendo unas botellas al asunto, es evidente. Alexi se acercó tropezando en eses.

-Youuaaaaooo metal fuckeer yaaaw, yiiiieeeeaaaoooo- me gritó. Después se alejó gritando a los árboles Yaw! Yaw! Yaw!

El teclista estaba con su teclado intentando tocar la melodía que predecía a la canción de “Majesty”. Le pregunté que, si le costaba tanto una melodía tan fácil, como es que en los discos hacía aquellos solos increíbles. La respuesta fue, que si para “Majesty” tenía que practicar un mes hasta aprendérsela, que me imaginase el tiempo que había dedicado para hacer los solos...

El bajista por su parte estaba en un rincón marginado potando por exceso de alcohol. Y nadie se compadecía de él... de hecho, no sabían ni su nombre.

La chica me puso la mano en el hombro y me dijo que debíamos seguir. Me costó irme porque los miembros del grupo querían que me quedara y me invitaban a vodka negro, la bebida de los lobos, mientras que Alexi me decía: Yaw?. Rechacé la oferta y continuamos subiendo camino arriba.

-Oye, por cierto, ¿cómo te llamas?- le pregunté a la chica. Con la que ya empezaba a familiarizarme.

-No es necesario que lo sepas, ¿no crees?- se limitó a responder sonriendo de nuevo.

Me quedé meditando estas palabras, pero antes de llegar a ninguna conclusión paré de andar. Frente a nosotros estaba la muerte, tal como la había imaginado siempre: con un manto negro que le cubría todo el cuerpo, encapuchado, ocultando siempre su desconocido rostro. Su guadaña asomaba por encima de su cabeza, intimidante. Estaba sentada en una roca y a su alrededor se encontraban cuatro lobos. Eran como espíritus. Uno de ellos clavó su mirada en mí y pude ver a través de sus ojos el alma de uno de los niños asesinados en el lago...

La muerte se levantó y se puso a andar bajando por el otro lado del monte. Los lobos le siguieron, y nosotros también. Bajamos durante un rato y nos llegamos a la orilla del lago Bodom. Caminamos por encima del agua cubierta por la niebla, había algunas llamas dispersas a lo largo de la superficie. Los lobos, niños en su interior, corrieron y saltaron alegres, jugando con la muerte. Irónico.

-Observa bien- me susurró al oído la chica. Hizo que mi cuerpo temblara de un escalofrío cuando me cogió de los brazos, apoyando su suave barbilla sobre mi hombro, observando la escena.

Los miembros del grupo, dirigidos por Alexi, se encontraban ahora en el centro del lago, tocando sin parar “Lake Bodom”, rodeados de llamas. La muerte estaba levitando sobre el grupo, inmóvil, mientras los lobos bailaban bajo la luna llena dejando ver la vida pasada de los niños asesinados.

De pronto todo se desvaneció. Abrí los ojos y me encontraba en el concierto de nuevo, agarrado fuertemente a la valla de la primera fila. Noto que alguien me coge del brazo. Me vuelvo... y veo... esa mirada... esa cara. Es la chica otra vez. Intenté hablarla pero al hacerlo sentí un dolor agudo en la garganta, como si me atravesaran la tráquea con una espada.

-No hables, tienes las cuerdas vocales desgarradas- oí que me decía en medio del griterío del concierto.

Alcé la vista hacia el escenario y vi que Alexi me miraba con una sonrisa cómplice y me guiñaba un ojo, todo esto mientras cocinaba salchichas en medio del escenario. Tras esto, la chica me llevó fuera. El concierto había acabado. La gente de mi alrededor me daba palmadas en los hombros felicitándome.

La chica vio mi cara de confusión y me explicó que había gritado tanto que había llamado la atención entre el público. Nos encontramos por el camino con mi primo, que llevaba de la cintura a la chica que se había desmayado al inicio del concierto. Ninguno de los dos nos dirigimos la palabra. No teníamos voz como para hacerlo.

Faltaba aproximadamente una hora para que saliese el sol, la cual aprovechamos con nuestras respectivas chicas en privado. Me fijé en que mi chica tenía otro tatuaje que ponía “CoB” en el cuello.

Le hice señas haciéndoselo saber y me dijo que yo también lo tenía... éramos los únicos que sabíamos sobre la muerte y los lobos de aquel monte... los únicos que conocíamos en realidad el verdadero sentido de Children of Bodom...


The Reaper

10 comentarios:

The Reaper dijo...

Siento la extensión. Esque cuando se me va...

Anónimo dijo...

¡Jo***! Me he quedado flipada con tu relato, en serio. Me ha encantado.
Dios, ni en mis peores pesadillas imaginaría yo algo así...

Yaw! Un saludo.

P.S. ¿Por qué en las puertas de todos los conciertos habrá un jodido armario que te impide la entrada? XD.

Rock Lobster dijo...

Hacia tiempo que esperaba a que lo colgaras. Es la mofa, vas cambiando repentinamente de posicion en el concierto, de escenarios...
Es que ademas yo si me lo imagino todo, no se si todos tendran el privilegio de entender CoB como nosotros.
Por cierto que en el concierto debian estar las hordas del infierno porque en la tierra no hay tanta gente.

Yaw?

Kali y su diario dijo...

¡¡¡SUPER!!! TU MUSICA DE FONDO ME ENCANTO! ¡YE! GRACIAS POR LA VISITA! Y SI, SON RELATOS REALES. DE COMO LLEGAMOS A TRABAJAR A ESE CASINO, Y A LO LARGO DE MIS RELATOS, PRONTO VAN A SABER LO QUE REALMENTE PASA EN ESOS LUGARES. SALUDOTES TICOS!!!

Shamman dijo...

GRACIAS... POR TU COMENTARIO, YO TAMBIEN TE PUSE UN ENLACE... AHORA, ESTAMOS UNIDOS PARA SIEMPRE... JE JE JE JE!!!

Xai dijo...

La extensión da igual, que hay que leer más xD genial relato, sigue así, y poco más te puedo decir, que soy muy malo comentando pero mi compi me dijo que tengo que hacerlo xDD

saludos

BLooDy RuTh dijo...

Wow! sangre! y gratis... me encanta!!! gracias x compartirla y x tu visita...

Saludos sangrientos!!! }=)

La_EsPeCtAdOrA dijo...

me encant� tu relato..flipante ma genial.

ana dijo...

es genial!!! komo me e podido reir, k grande!!
es... increible, genial!!! en fin, no tengo palabras aparte de esas jajja

el mejor, el portero estupido jj

aatope!! ondo izan! vaya bien!

[ кeя ] dijo...

yo solo le dije a xai q a el le comentaban y el no comentaba a nadie.. XD por cierto el relato la leche XDD que tal tu garganta desde entonces??